Y volvió a nevar, sí, y al día siguiente salió el sol y los habitantes de la casa de la discordia salimos de casa como si fuéramos críos en la busca de la dichosa movilidad. Visita al chino, en busca de una joyita ya fichada desde antaño. Tras cuatro vueltas, no la encontramos. Preguntamos a la china tendera, ¿un cuadro de una china que había colgado aquí durante mucho tiempo? Conseguimos dar con él. Una horterada así no es fácil de vender. Y le contamos a la china tendera que nos gusta mucho el cuadro. Ella, medio contenta por la venta, medio ofendida por nuestro prejuicio con la china en pelotillas, salta con su acento chino-jacetano:
China Tendera: No e china. Hay otlos países.
Discordia: Y un descuentillo? Lleva mucho tiempo ahí colgada…
China Tendera: No tiene fecha.
Desde luego señora china, ni precio!