A veces me gustaría retroceder en el tiempo. No un mes, ni un año, sino volver a aquellos días en los que, a pesar de las carencias, eran otros tiempos.
A veces querría mirar hacia arriba y que el tejado se mantuviera en su sitio, y que las nubes se alejaran y la tormenta no dejara que el agua se filtrara a través de cada una de tus rendijas. Que con tan sólo un soplido todo el polvo acumulado desapareciera. Que con un simple chasquido los trastos se reorganizaran.
A veces sueño con que todo esto ya ha pasado, que he reconstruido mis cimientos, y que por fin, esta pesadilla ha terminado.